Dr. Lenin Tlamatini Barajas Pineda

Profesor de tiempo completo de la Facultad de Ciencias de la Educación

Universidad de Colima

 

El 11 de marzo de 2020, tras el anuncio de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de que la nueva enfermedad Covid-19, provocada por el coronavirus Sars-CoV-2, se caracterizaba por ser pandémica lo que significó que se había extendido por todo el mundo, afectando a un gran número de personas— los países tomaron decisiones de políticas internas para contrarrestar o disminuir los efectos negativos de salud para sus poblaciones, entre las más comunes fueron la cuarentena, el distanciamiento social, el cierre temporal de espacios públicos, así como el cierre temporal de los centros educativos. 

En el contexto educativo nacional, para continuar con el proceso educativo, el gobierno federal implementó la estrategia denominada “Aprende en casa”, dirigida a los estudiantes de los niveles preescolar, primaria, secundaria y media superior, en los que se utilizaron las cadenas de televisión nacional para continuar el proceso formativo. Con relación a la promoción de actividades físicas y saludables, “Aprende en casa” contaba con una sección de educación física en donde se participaban atletas olímpicos y profesores de educación física que promovían actividades motrices, invitando a la imitación y repetición de los patrones de movimiento ahí efectuados. 

Por otro lado, la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior, integrada por instituciones públicas y particulares de educación superior, firmó un acuerdo el 24 de abril de 2020, en el que, para salvaguardar la salud de la comunidad educativa y sociedad en general y asegurar la continuidad de los servicios académicos, se pondría a disposición toda su capacidad científica, de infraestructura y equipamiento para implementar una educación a distancia y con ello atender las disposiciones oficiales. Es en ese contexto en el que particularmente los profesores y entrenadores de los niveles medio superior y superior que desarrollaban actividades recreativas y deportivas se enfrentaron, en un primer momento, a problemáticas de logística (organización del tiempo), tecnológicas (actualización y conectividad en casa), pedagógicas (adaptación e innovación), así como a situaciones socioafectivas (personales), para mantener y continuar el desarrollo de ciclo escolar. 

La mayoría de las universidades públicas del país, comienza –con sus posibilidades y limitantes— la enseñanza en modalidad a distancia. Las herramientas más utilizadas para mantener la comunicación con los estudiantes durante los primeros meses de pandemia fueron Facebook, WhatsApp, YouTube y, en menor medida, el correo electrónico; como evidencia de seguimiento a sus actividades de enseñanza y aprendizaje, se solicitaban fotografías o video cortos. 

Tras el aumento de contagios y, en consecuencia, la prolongación temporal del confinamiento durante 2021, las instituciones educativas optaron por eficientar los recursos digitales a su disposición; por un lado, capacitar a todo su personal docente y tener mejores alternativas para sus estudiantes, considerando algunos “lineamentos para el trabajo académico en modalidad a distancia”. 

Acorde con lo anterior, para nivel básico se renovó, en tres ocasiones, la estrategia “Aprende en casa”, mientras que en educación superior se incorporaron, con mayor frecuencia, los recursos tecnológicos de los servicios de las propias instituciones –en mejores versiones— (caso Universidad de Colima con la plataforma EDUC), así como el uso de recursos como Google Classroom, Edmodo, entre otros, para el aprendizaje asincrónico, mientras que para el desarrollo de aprendizajes sincrónicos surgieron plataformas innovadoras como Zoom, Google Meet y Skype.

Con lo anterior, profesores y entrenadores de actividades deportivas adaptaron sus planeaciones y, con ello, los recursos pedagógicos de diagnóstico, seguimiento y evaluación de aprendizajes de estudiantes. Los ajuste y las adaptaciones para atención a la nueva normalidad no sólo quedaron en los niveles de intervención: “docente-estudiante-docente”, si no que trascendieron a los niveles superiores, en cuanto a “autoridad-docente-autoridad”, pues para atender a los diagnósticos, seguimiento y las evaluaciones, la autoridad tuvo que mantener la dinámica de trabajo digital, facilitando los procesos de acreditación deportiva en un círculo virtuoso para la universidades con relación a la economización del tiempo y recursos económicos, dejando atrás el uso de grandes cantidades de papel. 

La incorporación de los recursos tecnológicos en el proceso de seguimiento de las actividades deportivas en universitarios y universitarias fue, en un principio, accidentada, sin embargo, con el paso del tiempo se sistematizó, mejorando el seguimiento de los y las estudiantes que formaron parte de las actividades deportivas y de los profesores y entrenadores, en cuanto a sus planeaciones. 

Por último, se debe reconocer que la Universidad de Colima ha asumido el reto de ser una universidad digital, reconocido así en el Plan Institucional de Desarrollo 2022-2025, en el marco de la atención integral de la función de docentes para atender las nuevas necesidades de los estudiantes y población en general, considerando la pandemia, la globalización e internacionalización educativa en atención a las competencias digitales. Ante los nuevos retos y el avance constante de las tecnologías de la información, las universidades deberán de mantenerse a la vanguardia digital y vincularlos a la mejora de los procesos de enseñanza y aprendizaje de la comunidad estudiantil.

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